Los riesgos sanitarios a largo plazo de los transgénicos presentes en nuestra alimentación o en la de los animales cuyos productos consumimos no han sido evaluados seriamente y su alcance sigue siendo desconocido. Nuevas
alergias, y aparición de nuevos tóxicos son algunos de los riesgos que
corremos al consumirlos.
La contaminación genética pone en peligro variedades y especies cultivadas tradicionalmente, y es irreversible e impredecible, no se puede volver a la
situación de partida.
Las variedades transgénicas pueden contaminar genéticamente a otras
variedades de la misma especie o a especies silvestres emparentadas. Por ejemplo, en México, el centro de diversidad y origen mundial del maíz, los
maíces transgénicos importados de Estados Unidos están
contaminando las variedades tradicionales.
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